A veces creo que nada tiene sentido. En un planeta minúsculo, que corre hacia la nada desde millones de años, nacemos en medio de dolores, crecemos, luchamos, nos enfermamos, sufrimos hacemos sufrir, gritamos, morimos, mueren, y otros están naciendo para volver a empezar la comedia inútil. Seria eso, verdaderamente, ¿toda nuestra vida sería una serie de gritos anónimos en un desierto de astros indiferentes?
Ernesto Sábato
Si la Tierra fuera una esfera de 1 cm de diámetro, entonces el Sol tendría 109 cm de diámetro y VY Canis Majoris tendría 2.3 km de diámetro.
¿A que quiero apuntar con todo esto? El concepto general de esta reflexión es que, como dice Ernestito, la gente nace, vive, sufre, lucha y muere, para que otras personas vuelvan a nacer y experimentar exactamente lo mismo. Si a ese concepto le sumamos la comparación de tamaños que encontré en uno de mis blogs nerds, llegamos a la siguiente conclusión, al universo nada le importa lo que hacemos nosotros, insignificantes partículas de polvo que no viven más que un abrir y cerrar de ojos, lo que nos lleva de nuevo a Sábato: "¿toda nuestra vida sería una serie de gritos anónimos en un desierto de astros indiferentes?", que puede esperar la gente mas que matar el tiempo mientras espera morirse. Pues viéndolo desde este punto de vista la respuesta es sí, pero a no desanimar, qué otras cosas se pueden extraer de estas conclusiones?. Particularmente yo rescato un sentimiento de libertad incontenible, una canción infantil retumba en mi cabeza:" juguemos en el bosque mientras el lobo no está", solo estamos jugando en el bosque, al lobo no le importa, juguemos, juguemos lo mejor que podamos, juguemos todo lo que podamos si al fin y al cabo vamos a desaparecer en el próximo parpadeo.
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